sábado, 12 de junio de 2010

Juramento de amor (parantesis al cuento de los Girasoles)


       La gente suele opinar sobre el amor; sobre cuál es el camino correcto para enamorarse o la mejor combinación de parejas. Pero se equivocan tanto… porque no existe un buen o mal camino, sino cualquiera es apropiado para encontrar a la persona perfecta, a tu media naranja.
     Nuestra historia de amor no comienza con una mirada, ni chocamos en la esquina de una Biblioteca, pero aunque no fue una típica historia, nuestros corazones latieron igual de fuerte.
     Nosotros nos enamoramos gracias al internet. Aquel 12 de enero, no sabía que al contestar a un mensaje que “un chico” me envio, tras haberme registrado en una página de amigos adventistas, me cambiara de forma irreversible, feliz, maravillosa…
     Chateamos durante más de tres años y aunque muchos no se lo creerán, me enamore de él antes de mirarnos a los ojos. Me enamore de su encantadora y buena persona. Me enamoro su paciencia, sus discretas bromas, sus amables palabras, su generosidad, su timbre de voz, su meticulosidad …. un millon de cualtidades.
     Tras tres años de deseo y ilusión, un día de febrero me subí a un avión y cruce el cruel y frio océano que se interpuso entre nosotros durante tantos largos años, pero nos recompenso con un abrazo perfecto.
     Febrero fue el mes que no olvidaremos jamás; nunca antes ninguno había vivido algo parecido; un amor tan fuerte y bonito; un amor verdadero. Y aunque fue el mes donde todo paso por primera vez: el primer beso, abrazo, la primera mirada y cogida de manos; me gusta creer que no fue el principio, sino el colmo, la miel, el chocolate surtido que llevábamos dentro. En febrero no solo nos enamoramos, sino también decidimos el futuro y le pusimos fecha, pintamos los sueños, lloramos por primera vez en un aeropuerto…
     Y desde entonces la vida no siempre nos ha sonreído, pero el amor y los corazones han tenido el mismo color y con intensidades cada vez más fuertes. Y  es curioso porque no nos parecemos casi en nada; ni en el color de la piel, ni en los orígenes, el pasado o temperamentos, pero tenemos dos cosas fundamentales en común, las únicas necesarias para que lo nuestro funcione: nos amamos y amamos a Dios.
     Hoy nos juramos amor eterno, besos dulces, sonrisas y lagrimas de felicidad.
     Juramos amarnos incluso cuando nos odiamos.
     Juramos cuidarnos mutuamente, perdonarnos siempre, nunca irnos a la cama enfadados, intentar ponernos en el lugar del otro para poder comprendernos mejor.
     Juramos transformar las lagrimas del otro en sonrisas, curar las heridas, tender la mano cuando lo necesita.
     Juramos que lo más valioso que enseñaremos a nuestros hijos será amarnos y amarles sin límites y sin condición.
     Juramos aguantar los ronquidos, besar las arrugas  cuando las tendrá, despertarnos por la mañana temprano para preparar te, salir los domingos a jugar en la playa aunque no nos apetezca; con tal de hacerle feliz al otro.
     Juramos amarnos y respetarnos de la forma más dulce, limpia, noble, calorosa, hermosa…posible; y aunque no somos perfectos y seguro nos equivocaremos a veces, nos levantaremos y cada mañana será un nuevo día, una nueva lucha, un beso nuevo, uno mejor, más dulce y cada vez merecerá mas la pena.
     Juramos fidelidad absoluta, tener la paciencia que haga falta, tener paz incluso si seremos pobres o cansados, tratar al otro como nos gustaría que nos traten, no reprochar y callarnos cuando hace falta.
     Juramos ponerle al otro como prioridad en nuestras vidas, antes que nosotros, antes que nada y de esta forma nunca daremos marcha atrás y seremos felices, buenos, brillantes.
     Juramos  que viviremos de tal forma que al final de nuestras vidas, escribirán sobre nuestra tumba: Joaquín y Mírela, un ejemplo de amor verdadero y nos apuntaran en el libro de los records como la pareja que más se quiso jamás.
     Todo esto será posible porque juramos aprender cada día del que es Amor, de Dios que nos guillara, nos dará fuerzas y sabiduría para conseguirlo.
     Nuestra historia de amor no empieza como algunos desean, pero es verdadera, fuerte, hermosa, dulce y lo más importante, es una historia de amor y sin final.
                                                                     
                                                                 Firmando,
Mirela, una rumana con sangre de drácula y 
Joaquin, un dominicano de sangre caliente, corazon de miel, piel de chocolate jajaja

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ma bucur foarte mult pentru voi,pentru ca sunteti doua persoane minunate care se iubesc enorm,ela scrii foarte frumos si se simte ca tot ceea ce spui e din suflet...te admir si va doresc tot binele din lumea
Dumnezeu sa binecuvinteze iubirea ce o purtati unul pentru altul.

ela grotaa dijo...

multumesc frumos mia.apropo, nu stiu daca ai observat, insa toate cuplurile de dominicani si romance sunt extrem de fericite si se iubesc mult, iar unele chiar vor avea un bebelus hahaha...ma bucur mult si data viitoare cand ne vedem o sa fim mai multi :-P
va pup si va salut din inima :)